LOS COMPONENTES DEL AULA

Parece muy lejano, pero hace apenas cuatro años, con la llegada de la pandemia mundial de Covid-19, nuestras vidas cambiaron y esta experiencia nos hizo reflexionar más que nunca sobre la importancia de los espacios, tanto en nuestra vida diaria como en los entornos de aprendizaje.

Como profesores, podemos observar como el aula es mucho más que un lugar físico. Se trata de un entorno en el que diversos factores como la luz, la acústica, la ventilación o el mobiliario influyen directamente en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Porque, ¿Quién no recuerda el ruido incómodo de las sillas al moverse en clase?

En la sesión VC14, la profesora compartió una frase que me llamó especialmente la atención: "El aula es caótica, y hay cosas que podemos controlar y otras que no." Considero que esto es algo clave y a veces nos agobia, ya que aunque no podamos cambiar elementos como la orientación del edificio o la cantidad de luz natural, sí podemos ser previsores y resolutivos para buscar una solución a esas cosas que están fuera de nuestro control.

Por un lado, para aquello que está fuera de nuestro control, existen estrategias que se pueden seguir para optimizar el aula:

En cuanto al ruido, una idea sencilla y bastante eficaz sería colocar pelotas de tenis en las patas de las sillas para evitar los ruidos molestos. O por ejemplo, en cuanto a la ventilación, se podría abrir las puertas y ventanas antes y después de cada clase para mantener un buen ambiente. 

Por otro lado, hay otros factores que sí podemos controlar y marcan una gran diferencia.

  • La decoración, las paredes del aula pueden ser un recurso pedagógico. Algo tan sencillo como añadir carteles, mapas o esquemas relacionados con los contenidos del curso puede crear un entorno más estimulante para los estudiantes. 
  • La distribución del espacio, la disposición de los muebles debe adaptarse a la actividad o competencia que queramos trabajar. Por ejemplo, si queremos trabajar en grupo podemos cambiar la posición de las mesas creando un ambiente activo y de colaboración.
  • La gestión del tiempo, planificar las sesiones siguiendo algunos métodos como el modelo ESA (Engage, Study, Activate). Al final de esta entrada dejo un vídeo explicando detalladamente este modelo que divide en etapas una sesión de clase. 
  • La metodología, incluir metodologías activas, que promuevan participación, aprendizaje significativo y construcción de conocimientos. De acuerdo con Pablo Usan, las metodologías activas están fuertemente relacionadas con la manera que los profesores programan su práctica docente.  

Finalmente, termino reflexionando que el aula no es un lugar estático, y como docentes, debemos ser flexibles y estar dispuestos a innovar en su diseño. Adaptar el espacio de forma estratégica puede transformar la experiencia de aprendizaje tanto para nosotros como para nuestros estudiantes.

A continuación adjunto materiales que pueden servir como recurso de decoración para tu aula ELE. Si quieres más materiales para incorporar en tu aula, ¡no dudes en dejar un comentario! Estaré encantada de enviártelos.




Muchas gracias por leerme. 

Marina S.A

Bibliografía

  • Harmer, J. (2007). How to teach English (2nd ed.). Pearson Longman.
  • Usan, P. (2020). Active methodologies. Preguntas. 



Comentarios

  1. ¡Hola, Marina!
    Me ha parecido muy interesante tu entrada. La cita que has mencionado de la profesora llama bastante la atención porque como tú pienso que a veces tratamos de controlar aspectos incontrolables y eso solo acaba desgastando nuestra saludo mental como docentes, algo que en la última clase hemos visto que debemos cuidar enormemente.
    Me gustaría preguntarte si has puesto en práctica la división en etapas que referencias con el video. Personalmente la gestión del tiempo no es mi fuerte, por lo que me gusta escuchar experiencias ajenas.
    Por último me gustaría proponerte el que probaras a utilizar un ambientador o planta que proporcionara buen olor a la clase, a parte de obviamente ventilar, pues así el alumnado relacionará el olor a tus clases y su cerebro relacionará el aprendizaje con el olor facilitándole el acceso a la información en un futuro.
    ¡Enhorabuena por el blog!

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    1. ¡Hola María Remedios!

      Muchas gracias por tu comentario y por compartir tus reflexiones. Coincido plenamente contigo en que cuidar nuestra salud mental como docentes es esencial para poder ofrecer lo mejor a nuestros estudiantes. A veces, centrarnos en lo que está fuera de nuestro control genera un desgaste innecesario, algo que debemos aprender a gestionar con estrategias prácticas y, sobre todo, con autocuidado.

      Respecto a la división en etapas que menciono con el video, sí la he puesto en práctica en varias ocasiones. Aunque no siempre resulta sencillo, he notado que organizar las clases en fases claras (introducción, desarrollo y cierre) no solo ayuda a mi gestión del tiempo, sino también a mantener a los alumnos más enfocados y comprometidos. Por ejemplo, al establecer un tiempo limitado para la discusión inicial o las actividades prácticas, me obligo a ser más eficiente y a priorizar lo esencial. Aunque sigo perfeccionándolo, me ha funcionado bastante bien y te animo a probarlo.

      En cuanto a la idea del olor en el aula, ¡me encanta! No había considerado el impacto que podría tener algo así en mi aula. Ventilo la clase regularmente, pero incluir un ambientador suave o una planta aromática podría ser una excelente forma de crear un ambiente más agradable. Creo que los pequeños detalles, como este, pueden marcar una gran diferencia en la experiencia educativa.

      ¡Gracias de nuevo por tu sugerencia y por tomarte el tiempo de comentar!

      Un saludo,
      Marina S.A

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  2. Hola Marina, me ha gustado tu entrada, es un tema muy interesante, efectivamente y como has afirmado, el aula es un entorno fluido y cambiante donde los profesores pueden utilizar sus habilidades para mejorar el aprendizaje. Al mismo tiempo, debe ser flexible e innovadora para crear un entorno de aprendizaje más eficaz y estimulante. Para poder ajustar estratégicamente el espacio y transformar la experiencia de aprendizaje tanto para el docente como para el alumno. Has mencionado unos factores o estrategias que podemos tener en cuenta y que influyen en la dinámica de nuestra aula. Pero hay profesores que restan importancia al tema de optimizar el aula de aprendizaje, he visto casos reales, algo que desgraciadamente no coincide con nuestros valores como profesores. Y me gustaría aconsejarles tu entrada para que aprendan sobre el tema...
    Gracias

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    1. ¡Hola Nidal!

      Muchas gracias por tu comentario y por tomarte el tiempo de leer mi entrada. Estoy completamente de acuerdo contigo: el aula es un espacio en constante transformación, y como docentes, tenemos una gran responsabilidad (y también una oportunidad) de adaptarlo para maximizar el aprendizaje y hacer que tanto los alumnos como nosotros mismos nos sintamos más cómodos y motivados.

      Es cierto que, en algunos casos, optimizar el entorno del aula no recibe la atención que merece. Sin embargo, como bien señalas, se trata de una herramienta poderosa para transformar la dinámica educativa. A veces, pequeños cambios en la disposición de los muebles, el uso de colores, la iluminación o incluso en cómo organizamos los materiales pueden marcar una gran diferencia en la experiencia de aprendizaje.

      ¡Gracias por tu comentario y por valorar el tema tanto como yo!

      Un saludo,
      Marina S.A

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